El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado su intención de imponer aranceles del 25% a productos importados desde México y Canadá a partir del 1 de febrero. Esta medida, que ha generado incertidumbre en el sector empresarial, podría afectar significativamente a diversas industrias como la automotriz, la electrónica, alimentos y bebidas, entre otras.
Entre las empresas automotrices más afectadas destacan Audi, BMW, Honda, y Volkswagen, todas con plantas en México que destinan gran parte de su producción al mercado estadounidense. Por ejemplo, Audi exportó casi 40 mil vehículos a Estados Unidos en el primer semestre de 2024, mientras que Honda envía el 80% de su producción mexicana a ese país. Asimismo, empresas como Nissan y Toyota, que producen modelos clave como el Tacoma y el Sentra en territorio mexicano, también enfrentan riesgos significativos.
Los proveedores de autopartes tampoco están exentos. Empresas como Autoliv, Michelin y Yanfeng Automotive Interiors, que abastecen a fabricantes como General Motors y Toyota, podrían ver afectada su operación. Michelin, con plantas en Querétaro y León, es uno de los principales fabricantes de neumáticos con exportaciones a Estados Unidos.
En el sector electrónico, Lenovo y Samsung Electronics encabezan la lista de posibles perjudicados. Lenovo, que produce servidores en Monterrey para el mercado norteamericano, y Samsung, que fabrica televisores y electrodomésticos en México, dependen en gran medida de la relación comercial con Estados Unidos.
El sector de alimentos y bebidas también podría enfrentar impactos importantes. Empresas como Campari, Procter & Gamble y Unilever han invertido significativamente en México para abastecer al mercado estadounidense. Según datos, aproximadamente el 10% de los envíos de Procter & Gamble y el 2% de los de Unilever a Estados Unidos provienen de plantas mexicanas.
Esta propuesta ha generado una caída en las acciones de fabricantes asiáticos y empresas de baterías en los mercados internacionales. Aunque no se han tomado decisiones finales, la medida podría alterar las cadenas de suministro y obligar a las empresas a reconsiderar sus estrategias de producción y exportación.