Con 27 votos a favor, seis en contra y tres abstenciones, el Congreso de Michoacán aprobó la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación. Esta medida elimina cualquier sanción penal o administrativa contra las mujeres que decidan interrumpir su embarazo voluntariamente.
Durante la sesión legislativa, grupos Provida intentaron bloquear el acceso al recinto. Los manifestantes, con pancartas que decían “Escucha sus latidos, déjalos vivir”, fueron replegados por elementos de seguridad estatal. Al mismo tiempo, colectivos feministas celebraron la decisión, exigiendo que las mujeres puedan decidir libremente sobre sus cuerpos y criticando la criminalización de quienes interrumpen sus embarazos.
La diputada panista Vanessa Caratachea, aunque se considera feminista, se pronunció en contra de la despenalización, argumentando que la aprobación busca “ganar reflectores” y que hay derechos que no deben retroceder. Por otro lado, la legisladora morenista Fabiola Alanís aclaró que la despenalización se aplicará en interrupciones voluntarias antes de las 12 semanas, y en casos posteriores por violación, malformación o riesgo para la madre.
El voto en contra provino de cuatro diputados panistas y dos del Partido del Trabajo. Con esta reforma, Michoacán se convierte en la décimo quinta entidad del país en despenalizar el aborto, tras años de debate social y legislativo.
El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla destacó que la reforma representa un avance en la protección de los derechos fundamentales de mujeres y niñas, señalando que se trata de una deuda histórica con las michoacanas.
Colectivos feministas consideran que, aunque la reforma es un avance, llega tarde, dado que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ya había declarado inconstitucional la prohibición del aborto hace dos años. Se estima que anualmente al menos 30 mil mujeres se practican un aborto en Michoacán, muchas de ellas enfrentando riesgos a su salud.