Los bancos en México han experimentado un ‘sexenio de ensueño’, reportando utilidades históricas gracias al aumento de las tasas de interés. De 2019 a 2023, las ganancias de la banca rozan el billón de pesos, incrementando un 76% respecto al sexenio de Enrique Peña Nieto.
A principios del sexenio, existía incertidumbre sobre el futuro del sistema bancario nacional debido a la posibilidad de que un gobierno populista pudiera limitar sus márgenes de ganancia o imponer regulaciones estrictas. Sin embargo, la realidad fue muy diferente: la banca mexicana no solo mantuvo su libertad operativa, sino que también logró un crecimiento significativo sin cambios regulatorios importantes.
Durante el periodo de enero de 2019 a diciembre de 2023, el sistema bancario mexicano reportó utilidades totales por 958,703 millones de pesos. Este monto representa un incremento del 76.94% en comparación con los 541,818 millones de pesos acumulados durante el sexenio de Peña Nieto. En promedio, los bancos ganaron 191,740.4 millones de pesos anuales en los primeros cinco años de este sexenio, superando los 108,363.6 millones de pesos anuales del sexenio anterior.
El crecimiento de las ganancias bancarias también se destaca cuando se compara con administraciones previas. Por ejemplo, las utilidades de los bancos en este sexenio crecieron un 178.80% respecto a las reportadas durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, y un impresionante 591.5% en comparación con el sexenio de Vicente Fox Quesada.
Uno de los factores esenciales que explican este auge en las ganancias bancarias ha sido el aumento significativo de las tasas de interés. A partir de junio de 2021, la tasa de referencia del Banco de México pasó de 4% a 11.25%, un incremento de 725 puntos base debido al descontrol de la inflación. Los bancos repercutieron este aumento en el costo de sus créditos, elevando las tasas de interés de los productos financieros. Por ejemplo, el promedio anual de una tarjeta de crédito con un límite de 50,000 pesos aumentó de 38% a 45%, lo que se tradujo en ingresos sustanciales para las instituciones financieras.
El contexto regulatorio favorable también ha jugado un papel clave. A pesar de la creación de un banco estatal, el Banco del Bienestar, los bancos comerciales continuaron operando sin restricciones significativas, lo que les permitió capitalizar el entorno económico favorable.
La Asociación de Bancos de México (ABM) destaca que este periodo ha sido uno de los más rentables en la historia del sector bancario mexicano. Además del impacto de las tasas de interés, otros factores como el crecimiento de la base de clientes, la incorporación de pagos de servicios dentro del sistema bancario, y la incipiente incursión en el mercado de servicios digitales han contribuido al aumento de las utilidades.
El nearshoring, o la relocalización de cadenas de suministro cerca del país de origen, también ha generado un impulso crediticio significativo. Esto ha beneficiado a los bancos, que han visto una mayor demanda de servicios financieros por parte de empresas que buscan establecer operaciones en México.
En resumen, este sexenio ha sido excepcionalmente beneficioso para los bancos en México, desafiando las expectativas iniciales y demostrando que, incluso en un entorno político incierto, el sector bancario puede prosperar significativamente.