La misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) lamentó que la violencia preelectoral influyera significativamente en la participación de los votantes durante los comicios presidenciales del pasado domingo. A pesar de destacar el profesionalismo y la solidez técnica del Instituto Nacional Electoral (INE), los observadores subrayaron que la inseguridad vivida durante el periodo de campañas afectó negativamente la participación ciudadana.
En su informe preliminar, la misión de la OEA expresó su preocupación por los incidentes de violencia ocurridos en el contexto electoral. Durante sus reuniones, los observadores señalaron repetidamente el ambiente de inseguridad y temor en el que se desarrolló la campaña, así como las manifestaciones del crimen organizado en la contienda.
Los observadores reprobaron todas las formas de agresión física e intimidación que ocurrieron en el marco de las elecciones, las cuales buscaron influir o inhibir tanto la participación política como la organización de las elecciones en algunas entidades. La misión también rechazó las acciones que violentaron el material y las instalaciones electorales, impidiendo llevar adelante la elección en ciertos municipios.
Según la OEA, tanto los datos oficiales como los monitoreos de la sociedad civil muestran que la violencia afectó a todos los partidos políticos, influyendo en el número de electores que acudieron a las urnas. De acuerdo con el INE, la participación electoral fue del 60.2%, la segunda más baja registrada en los últimos 30 años. En comparación, la participación en 2018 fue del 63.4% y en el año 2000 alcanzó el 63.9%, mientras que el récord de mayor participación ciudadana se mantiene en los comicios de 1994 con un 77.1%.
El informe también destacó que antes del pasado domingo se registraron 23 asesinatos, incluyendo nueve candidatos, cuatro precandidatos y 1,025 personas aspirantes. Durante el cierre de las campañas y en los días subsecuentes, dos candidatos más fueron asesinados. Este ambiente de violencia llevó a que algunos partidos políticos decidieran no presentar candidaturas en ciertos municipios y a que un alto número de candidatos, candidatas y funcionarios electorales renunciaran por razones de seguridad.
La OEA subrayó que esta pérdida de opciones políticas y la abstención de candidatos de hacer campaña afectaron el derecho a un voto informado. En promedio, el 95% de las agresiones a aspirantes fueron contra quienes buscaban ser electos a cargos municipales, lo cual podría estar relacionado con una baja confianza en las fuerzas de seguridad locales.
El informe preliminar de la misión advirtió que “la peor forma de sacar a una persona de la contienda es su asesinato”, ya que esto viola tanto el derecho a la vida como el de participación política. Consideraron que esta problemática debe abordarse de manera sistemática y diferenciada, reconociendo que la violencia política no es un fenómeno nuevo en México.
En contraste, la OEA reconoció aspectos positivos de las elecciones, como la alta participación de mujeres como funcionarias de casilla (61%), lo que refleja su compromiso democrático. Además, se destacó la expansión del voto para personas privadas de su libertad sin sentencia y el voto anticipado para personas con discapacidad, así como las acciones afirmativas en beneficio de personas indígenas y afromexicanas. Estos avances son considerados pasos importantes hacia la inclusión y el fortalecimiento de la democracia en México.
