El clima político en México ha estado marcado por la violencia en el cierre de las campañas electorales, particularmente en el estado de Guerrero, donde recientes ataques han sacudido a la opinión pública. El incidente más reciente ocurrió el miércoles en Coyuca de Benítez, cuando José Alfredo Cabrera Barrientos, candidato de la Alianza Fuerza y Corazón por México, fue asesinado con 15 disparos antes de subir al templete para cerrar su campaña.
Este suceso se suma a otros episodios violentos, como el asesinato del candidato de Morena a la presidencia municipal de Encarnación de Díaz, Jalisco, Gilberto “Tito” Palomar González, el martes, y el ataque del lunes en Cochoapa, Guerrero, contra el candidato a la alcaldía, Albino Gómez. Estos hechos reflejan la peligrosa realidad que enfrentan los aspirantes políticos en el país.
Durante el proceso electoral federal 2023-2024 en México, se han registrado un total de 31 casos de aspirantes a cargos públicos asesinados, según diversos portales informativos. Estos incidentes forman parte de un preocupante panorama delineado por la organización Laboratorio Electoral, que desde el proceso electoral 2017-2018 ha documentado una escalada de violencia contra candidatos, políticos y sus familiares. Hasta el jueves pasado, se habían registrado 82 asesinatos, de los cuales 34 eran candidatos en el actual proceso, además de 108 casos de amenazas, 65 atentados y 17 secuestros.
El contexto de violencia e inseguridad en México se ve exacerbado por la participación del crimen organizado en la vida política, con grupos que buscan influir en candidaturas o eliminar competidores. A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades federales y locales no han logrado implementar estrategias efectivas para garantizar la seguridad durante el proceso electoral.
Aunque este proceso se perfila como uno de los más violentos en la historia reciente de México, aún está lejos de igualar la trágica cifra de asesinatos registrada en comicios anteriores. No obstante, la falta de acciones contundentes por parte de las autoridades para frenar la crisis de inseguridad y violencia presenta un preocupante panorama de cara a las elecciones del próximo domingo.
En este contexto, la seguridad pública se erige como un tema crucial que demanda respuestas urgentes y eficaces por parte del gobierno mexicano. Con apenas cuatro días para las elecciones, el país enfrenta un desafío monumental en su lucha por mantener la integridad de su proceso democrático y proteger la vida de quienes participan en él.
