John Barnett, un exempleado de Boeing que había expresado serias preocupaciones sobre los estándares de producción de la compañía, fue encontrado muerto en Charleston, Carolina del Sur, durante el fin de semana, informó la oficina forense del condado de Charleston.
Según el comunicado de prensa del forense, Barnett, de 62 años, falleció el pasado 9 de marzo por “lo que parece ser una herida de bala autoinfligida”. La policía de la ciudad está investigando el caso y aguarda la causa formal de la muerte, junto con cualquier hallazgo adicional que pueda arrojar más luz sobre las circunstancias que rodearon su fallecimiento.
De acuerdo con los abogados de Barnett, este estaba en medio de su testimonio en un caso de represalia como informante contra Boeing, el cual estaba cerca de concluir. “John estaba de muy buen humor y tenía muchas ganas de dejar atrás esta fase de su vida y seguir adelante”, indicaron sus representantes legales. La familia de Barnett, en estado de conmoción, exige una investigación exhaustiva por parte de las autoridades locales para esclarecer lo sucedido.
El caso de Barnett, programado para llegar a juicio en junio, representaba una oportunidad para que él y su familia esperaran que Boeing modificara su cultura empresarial. Sus abogados lo describieron como “un hombre valiente y honesto de la más alta integridad”, quien mostraba una profunda preocupación por la seguridad de los pasajeros y la calidad de los aviones fabricados por la empresa.
El informe policial detalla que Barnett fue encontrado en el estacionamiento de un hotel, sosteniendo una pistola. Había viajado a Charleston para entrevistas legales y un interrogatorio adicional, pero nunca se presentó a la cita prevista. La empresa Boeing expresó su pesar por la noticia, mientras que la policía de Charleston se comprometió a llevar a cabo una investigación imparcial y basada en hechos.
La historia de Barnett había ganado atención en 2019, cuando denunció problemas de seguridad en la planta de Boeing en Charleston. Según informes, había descubierto grupos de astillas de metal colgando sobre el cableado que controlaba los sistemas de vuelo, lo que podría tener consecuencias catastróficas si no se abordaba adecuadamente.
En respuesta, Boeing defendió la calidad de sus aviones y desestimó las acusaciones como “sesgadas e inexactas”. Brad Zaback, líder de sitio en la planta de Charleston, enfatizó que la calidad era una prioridad fundamental para la empresa y que continuaban entregando aviones de la más alta calidad a sus clientes.