Por: Alejandra Bailon | Regina Cortés
Envuelta en un profundo valor emocional y una algarabía contagiosa, el Día de Muertos en México es una celebración conmovedora que va mucho más allá de ser un simple recordatorio de los seres queridos que han partido. Más que una ocasión para la melancolía, el Día de Muertos se convierte en una colorida y alegre fiesta que celebra la vida a través de la muerte, es un momento en el que las familias se reúnen para honrar y recordar a sus seres queridos fallecidos, compartiendo risas, anécdotas y sabores en un ambiente lleno de amor y respeto. A través de la música, la comida, y la creatividad desbordante que caracteriza esta festividad, los mexicanos celebran la memoria de sus seres queridos de una manera que trasciende en el tiempo y conecta generaciones.
Origen y Transformación de la Celebración
El origen del Día de Muertos en México se remonta a las antiguas culturas prehispánicas, donde el culto a la muerte desempeñaba un papel fundamental en la cosmovisión de las mismas. En esa época, cuando alguien fallecía, era enterrado con objetos personales y alimentos que se creía necesitaría en su viaje al Mictlán, el inframundo en la mitología Mexica.
Con la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI, esta tradición se mezcló con las creencias católicas introducidas por los europeos. Surgió así una fusión cultural en la que las festividades indígenas de honrar a los muertos se incorporaron al calendario católico, especialmente en torno al Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y el Día de los Difuntos (2 de noviembre).
A lo largo de los siglos, esta celebración ha evolucionado y se ha enriquecido, adoptando diferentes elementos y rituales que varían según las regiones de México. A medida que se consolidaba como una festividad popular, especialmente después de la Revolución Mexicana, se incorporaron elementos como el pan de muerto, las calaveras de azúcar, el papel picado y la flor de cempasúchil. Además, se comenzaron a adornar las tumbas y a crear altares familiares llenos de simbolismo.
Esta evolución muestra la capacidad de la cultura mexicana para adaptarse y preservar sus tradiciones a lo largo del tiempo, haciendo que el Día de Muertos siga siendo una celebración profundamente arraigada en la identidad del país, una fusión única de herencia indígena y cultura católica que trasciende generaciones.
Modernización de la tradición

Desfile de Día de Muertos 2023 | Foto: Gobierno de la Ciudad de México
Actualmente, el día de muertos se celebra en todo México los días 1 y 2 de noviembre. Estas fechas marcan un período en el que las familias se unen para recordar a sus seres queridos fallecidos, transformando los cementerios en coloridos altares y adornando sus hogares con ofrendas especiales.
La festividad se caracteriza por la creación de altares con elementos significativos, como flores de cempasúchil, veladoras, papel picado, fotografías de los seres queridos, comida tradicional como el pan de muerto y algunos de los platillos favoritos de los difuntos. Las tumbas de los cementerios también se decoran y se llevan a cabo visitas para limpiar y mantener los espacios en memoria de los fallecidos.
Uno de los aspectos más destacados de la celebración es el ambiente festivo y alegre que la rodea. La música, los desfiles y las representaciones teatrales de calacas y catrinas son parte integral de las festividades.
Además de su significado cultural y espiritual, el Día de Muertos también tiene un impacto económico significativo en México. La producción y venta de elementos tradicionales, como las flores de cempasúchil, el pan de muerto y los adornos, generan empleo y contribuyen a la economía local. Además, el turismo relacionado con esta festividad atrae a numerosos visitantes, lo que beneficia a las comunidades que celebran la festividad de manera especial.
En 2008, la UNESCO reconoció la importancia del Día de Muertos al incluirlo en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esta distinción subraya su valor como una expresión tradicional, comunitaria y representativa de la cultura mexicana, así como su relevancia en la preservación de las tradiciones y el fortalecimiento de la identidad cultural en México. El Día de Muertos no solo es una festividad llena de significado y emoción, sino también un evento que impacta positivamente en la sociedad y la economía del país.
Representación de la fiesta por estado
El día de muertos es una consolidación de varios rituales propios de la cultura Mexicana, sin embargo se ha ido diversificando dependiendo de los usos y costumbres de cada región.
- La Velación: Pátzcuaro- Michoacán
Sobre el Lago Pátzcuaro se encuentran varias comunidades que siguen celebrando el día de muertos con rituales muy específicos tal como el de la velación. Comienza el primero de noviembre con la velación de angelitos, se construyen ofrendas dedicadas a infantes difuntos, los padrinos de bautizo colocan un arco de flor de cempasúchil y comienza un recorrido por la casa del angelito, acompañado de rezos y cantos. Por la mañana, la familia del niño se dirige hacía la tumba del difunto para llevar la ofrenda y permanecer ahí hasta las 9:00 de la noche, dejando una vela prendida como símbolo de la luz de Cristo.
La velación para los difuntos comienza en la noche del primero de noviembre en donde se colocan las ofrendas, para terminar en la mañana del día dos con un rosario correspondiente al novenario que las familias preparan, al finalizar la ceremonia, los alimentos puestos en las ofrendas son intercambiados entre las personas con la creencia de no regresar las mismas cosas a sus hogares.
- Xantolo: Huasteca Hidalguense
En la Huasteca Hidalguense, el Xantolo es una celebración que une a las comunidades por medio de la comida, bailes y flores. Esta celebración se desarrolla en el final y al reinicio del ciclo anual del maíz; es decir, entre el 30 de octubre y 2 de noviembre.
Xantolo se traduce como “Fiesta de las Ánimas” y dentro de las actividades se llevan a cabo diversas danzas que representan la vida y la muerte.
En las grandes ofrendas que se pueden ver entre esos días, encontramos cosechas de maíz y otros frutos que por el olor, recuerdan a sus difuntos los días alegres que tuvieron en el plano terrenal.
Dentro de los platos típicos del Xantolo, encontramos el Zacahuil; descrito como un tamal gigante, horneado en un horno de tierra que simboliza al muerto.
- La Alumbrada: San Andrés Mixquic – CDMX
Ubicado en la alcaldía Tláhuac, Mixquic es un pueblo que a pesar de la urbanización ha conservado una de las tradiciones más importantes en nuestro país. Como en la mayoría de celebraciones del día de muertos; el primer día (31 de octubre) Mixquic recibe a los infantes fallecidos. Lo hacen al medio día gritando por las calles los nombres de los pequeños difuntos. En las entradas de las casas hay caminos de flores para recibir a los familiares que han partido, y las ofrendas se llenan de comida, dulces y jueguetes.
La Ceremonia de la Alumbrada se lleva a cabo en el panteón de Mixquic, un recinto muy pequeño que entre los días 1 y 2 de noviembre se llena de personas que arreglan las tumbas de sus difuntos con flores y velas .