Una nueva forma de escuchar a la sociedad
Por: Fernanda Betancourt / Foto: José Manuel Ruíz
Con tan sólo 28 años, forma parte de una generación de mexicanos que ponen sobre la mesa nuevas formas de resolver los problemas urgentes de la sociedad como la seguridad, el acceso a los puestos de trabajo o el cuidado de los recursos naturales como el agua. La raíz de su trabajo está en Tlalpan, aunque se prepara para replicarlo en todo el país y de ello da cuenta a La Revista del País Líder México.
Arraigo y origen, así es como Pedro Haces Lago resume el amor por Tlalpan, la alcaldía que lo vio nacer y donde sus abuelos y padres son hito de fervor por la ayuda a los demás. Abogado egresado de la Universidad Iberoamericana, con apenas 28 años, es considerado un personaje clave dentro de la nueva generación de mexicanos que buscan formatos divergentes para subsanar lo que la sociedad demanda.
Desde hace casi una década, a Pedro se le ve en constante andar por los pueblos, colonias y rincones del sur de la Ciudad de México, donde desde su etapa de estudiante se involucró en el quehacer social. Y si bien es desde entonces que tomó las riendas de su proyecto personal, lo aprendió de cuando era niño y acompañaba a su abuelo a acercarse a los tlalpenses como empresario y también como benefactor.
“El trabajo que hoy hago con las personas es algo que vi desde chiquito, mi padre es un dirigente sindical a nivel nacional, lo que siempre comparto con orgullo, y mi abuelo fue empresario, tuvo más de 50 restaurantes en Tlalpan y siempre tuvo una interacción directa o indirecta con la política mexicana. Al crecer elegí estudiar Derecho, pero a través de mi materia tomé la pasión por el quehacer social, porque me parece que la palabra y la forma de hacer política es muy diversa”, explica en exclusiva a La Revista del País Líder México.
Si bien no comenzó desde un rubro legislativo o administrativo, Pedro se adentró a crear métodos altruistas para hacer política social. Su búsqueda por ayudar a los demás lo convirtió en un activista, desde un enfoque solidario del que nos habla más a fondo.
“Fue al cumplir mis veintes cuando empecé en este campo de manera ‘informal’ y luego lo elegí desde un enfoque profesional. La evolución inició cuando empecé a detectar problemáticas, en un principio sin énfasis político, porque apenas estaba en la licenciatura y no tenía edad para esperar un cargo público. Me adentré en las colonias, los barrios, los asentamientos humanos y las unidades habitacionales. Mis primeros pasos fueron en la época de Día de Muertos. Me identifico con las ofrendas, con esas raíces que nos identifican, pero desde entonces pensé que regalar panes no era una manera de ayudar. Vi como un martes llegaba un diputado, el miércoles otro y el jueves un alcalde y todos estaban acostumbrados a darle a la gente, pero sin generar un cambio de conciencia en ellos”, explica.
Su primera acción, entonces, fue juntar a sus amigos y a la familia y fundar la asociación civil “Todos Somos Uno” para no sólo contribuir en la repartición de alimentos, sino en un convivio donde llevaba a un tallerista y disponía de un horno, para enseñar a la gente cómo hacer, incluso para que ellos lo vendieran más adelante, el tradicional pan de muerto.
“Ahí vi a la gente conviviendo, no sólo conmigo, sino entre ellos. Iba la madre soltera, los niños, los abuelos… y el tejido social se movía a raíz del conocimiento. Entonces lo replicamos en enero con las Roscas de Reyes y en febrero con los tamales, hasta que me encontraba con personas que me agradecían porque a partir de esos talleres de 100 personas o más, nacían nuevas fuentes de trabajo para ellos”
Su siguiente experimento fue organizar concursos de ofrendas en las colonias, a cambio de que él consiguiera pintura o lámparas led para las colonias de los ganadores. A veces sucedía con intercambios de tiendas locales o con la clásica “vaquita” entre sus compañeros de la universidad, pero con el fin de que esas “ganancias” fueran para mejorar el área de los vecinos, ya que al final culminaba las actividades al balizar los topes y las calles, o generar espacios más iluminados y seguros.
“Mi forma de dar beneficio es entregar algo representativo. Ellos participaban, yo conseguía beneficios y al final lo aplicábamos en conjunto. Así empecé a hacer comunidad, a pequeña escala, pero de cerca con las personas. En esas reuniones escuchaba también las necesidades urgentes, y mi trabajo era ponerme manos a la obra con un siguiente reto”, dice.
Durante casi media década; por ejemplo, se volcó al apoyo de mujeres con cáncer de mama, esto para subsanar la falta de presupuesto para tener mastografías gratuitas. Su evolución de trabajo llegó a otra escala, porque primero consolidó una red de pláticas de concientización alrededor de esta enfermedad, que puede prevenirse a través de la autoexploración, y una vez con esa información, les brindaba el servicio de salud.
“Con un colega hacíamos pláticas diarias, se organizaban entre 20 y 50 mujeres y con dinámicas les enseñaban todo lo necesario para la autoexploración, lo que parecería algo normal, pero en la zona de los pueblos de Tlalpan las mujeres son muy conservadoras y se tenían que romper tabúes. Para un político común el trabajo es sólo regalar la mastografía y ya, que además se puede conseguir a través de donación de empresas, pero mi enfoque era un proyecto integral para redireccionar un problema de salud. Tan sólo en los últimos tres meses llevamos más de 2 mil mujeres beneficiadas en esta materia, y creo que es ahí donde se le da un giro a la política, porque es generar conciencia y luego acción, pero siempre juntos en el proceso”, relata.
Relevo Generacional
Aferrado, así es como se define Pedro, quien en su etapa de inserción a la política social tuvo que hacer las veces de gestor, pero también disfrutar el contacto con las personas y los logros que ocurren por poner en acción sus ideas. En su andar lo mismo se le puede ver de traje para algunas reuniones formales, o de jeans, botas y sombrero para ir a los pueblos originarios de Tlalpan como San Miguel Xicalco, San Andrés Totoltepec y Peña Pobre; o bien, en compañía de Morante, su perro, para ir en short y gorra a recorrer el bosque de su alcaldía. Y si bien su entrada a la política fue de manera orgánica, hoy confiesa:
“El relevo generacional es algo muy necesario, no es algo nuevo porque ya lo estamos viviendo. La equidad de género es parte de ello, ya vemos gobernantes mujeres en los estados o los municipios, los métodos políticos de los que tanto se queja la ciudadanía están en movimiento. No creo que los jóvenes somos el futuro de México, porque ya intervenimos en el presente”.
El tlalpense no cierra los ojos ante la paradoja que existe entre los mexicanos de su edad, por un lado los activistas, estudiantes o egresados que ya generan un cambio; mientras que la polaridad se da con la apatía de otros que no llegan a la acción.
Reconoce que hay un sector fuerte que empuja desde las organizaciones no gubernamentales o las organizaciones civiles, interesados en la agenda de la Organización de las Naciones Unidas para conseguir un cambio, sabe también de personas de su edad asesorando a gobiernos.
Si queremos que México cambié, o que Tlalpan mejore, o que cualquier parte del mundo tenga un avance, la juventud debe de concientizarse, ser solidaria y pensar qué estamos aportando para las problemáticas sociales, no podemos ser sólo críticos, sino actores, incluso desde pequeñas acciones, exige.
Gobernar Tlalpan, un sueño a corto plazo
En 2020, Pedro fue parte de la lista de los “nuevos herederos” del poder, publicada por una revista de sociales. Para 2021 formó parte de las filas de Fuerza X México, con quienes entró al proceso para convertirse en Diputado Local. Hoy, respetuoso de los tiempos electorales, da pasos con cautela, pero reconoce que una de sus aspiraciones es ser alcalde del área que lo vio crecer.
“De sólo pensarlo se me pone la piel chinita. Es una aspiración o un sueño, no sólo para este momento tan próximo, sino levantar la mano cada vez que pueda. Creo que hay muchas problemáticas en el país, en la ciudad, en las alcaldías de la Ciudad de México, pero es empezar por lo local. Mi corazón está con Tlalpan y, si este sueño se logra sé que no me podría quedar en querer hacer las cosas, sino en hacerlas bien, con cariño, amor y buena voluntad”, destaca.
El lema de “empezar por la casa” es una bandera para Pedro Haces Lago, quien se declara “listo” para entrar en una contienda electoral. Reconoce también que la sangre joven debe ser “ni muy valiente, ni muy soberbia, porque hay que empalmar la experiencia y no solamente la propia”. Como parte de su preparación actualmente estudia la maestría en Política Pública, lo que le permite ir más a fondo en las problemáticas humanas y generales de Tlalpan.
“Es muy fácil decir que estoy listo, porque seguro quienes contienden también lo están, pero hay que tener conciencia de que los retos surgen a diario y que los problemas a resolver son miles. Hay que estar dispuesto a ir adelante y hacer las cosas bien. En mi caso vivo algo único cuando voy a las colonias, porque las personas me recuerdan lo que mi abuelo hizo por ellos, desde la donación de predios, la construcción de una iglesia o de un campo de futbol, y ahí es cuando pienso que llegado el día que tenga mis hijos y mis nietos, también quiero que piensen en positivo respecto a mi legado”, destaca.
¿Cómo está Tlalpan?
Para ser candidato de una demarcación lo básico es conocer los problemas, desde los que necesitan un trabajo consistente y a largo plazo, como los que exigen soluciones inmediatas. En cuanto a aquellos temas que son de facultad de un diputado o alcalde, Pedro tiene un listado no sólo con datos estadísticos, sino con respuestas concretas.
“La inseguridad duele al país y también a Tlalpan. Cada colonia que visito tiene índices delictivos distintos. Por ejemplo, recientemente estudié datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para conocer dónde está al robo a casa habitación, si sucede con o sin violencia y ahí partir de ahí estudio y analizo incidentes por períodos, desde 2015 hasta la fecha, y renuevo los datos cada dos meses. Lo mismo repito con temas de robo de autopartes, secuestro, abuso sexual, violación y más, que son focos rojos donde, si bien la alcaldía no tiene facultades de prevenir el delito, como abogado también entiendo que sí hay oportunidad de prevenirlo. No es posible que la nuestra sea la segunda alcaldía con más feminicidios, abajo de Iztapalapa”, explica el activista.
Como solución destaca la necesidad de cuidar el alumbrado y conocer cómo actuar cuando éstas no funcionan o son obstruidas por un árbol. De ahí que incluso la poda en tiempo y forma pueda hacer la diferencia entre una calle iluminada y segura, a una donde los delincuentes tengan oportunidad de actuar.
“Otra queja constante es que las cámaras del C4 y C5 no sirven, pero más que ir con las autoridades de la ciudad, en materia de seguridad, la alcaldía puede organizar desde brigadas para cuidar las luminarias hasta alarmas vecinales para que se tenga un control de cámaras en las calles, y que cuando el policía llegue, la gente esté activa de decir aquí se cometió el delito. Una calle alumbrada, con vigilancia, balizada y señalizada correctamente, que tiene contacto con la policía, será contundente para bajar los índices delictivos. Y así, como gobierno local, en tus funciones y facultades, le das solución a la ciudadanía”
Tlalpan representa el 30% del agua que se distribuye en la Ciudad de México, pero esto no la libra de ser una alcaldía con zonas donde el recurso vital no está disponible para la población. No es un tema de asentamientos humanos irregulares, porque ahí tendrían que llegar las pipas de agua por los programas de gobierno de la Ciudad de México, también ocurre en unidades habitacionales, pueblos originales o zonas residenciales.
“A Tlalpan se le conoce como el pulmón de la Ciudad de México, pero en épocas de lluvia también vamos a las zonas más altas y vemos ríos de agua bajar por las calles, por lo que surge otra gravedad. Hay que sumarle que no todos tienen un drenaje, que hay hogares con fosas sépticas y, lo que hacen los gobiernos, es desazolvar cuando ya se inundó, por lo que las personas pierden sus muebles y caen en un punto de infección. Si pensamos en hacer todo a su debido tiempo, antes de las lluvias, con algo tan sencillo cambiamos el panorama”.
En cuanto a salud, Tlalpan cuenta con 13 hospitales nacionales, pero existen casos de pueblos originarios, con hasta 30 mil habitantes, donde sólo se dispone de uno o dos médicos para atender a las personas, y donde además la movilidad a los centros de salud, de por sí congestionados, implica tiempo y recursos que ponen en peligro a los pacientes.
Visión de Empresario
Durante la entrevista, Pedro profundiza en el rubro empresarial:
“Hay muchos fenómenos que afectan y que generan la grave problemática de movilidad. En Tlalpan hay mucha población pernoctante, que migra de otras alcaldías o estados y se ubica aquí porque les resulta económico, pero salen durante el día a trabajar en otro lado. Si se tienen que mover a otra alcaldía, la cual representa un mayor Producto Interno Bruto, es porque aquí hacen falta más fuentes de empleo, lo que hace que no haya flujo en la derrama económica local. Éste trabajo del gobierno también debe incluir a los empresarios”.
El abogado explica que si le va bien a los empresarios, esto también se traduce en derrama económica y fuentes de empleo, pero ello implica un entendimiento con el sector privado, al que conoce a fondo también a través del trabajo de su padre.
No menos importante, el aspirante a estar al frente de Tlalpan también señala como un problema urgente la tala de árboles que sucede en dicha zona, donde como problema medioambiental está el seguimiento a la reforestación que necesita el Ajusco.
“Es un cerro viejo que vive el delito de la tala, pero como colinda por un lado con el Estado de México y por otro con Morelos, es complicado perseguir a quien comete la arbitrariedad. Lo importante aquí es que si bien llegan los políticos y hacen plantación masiva de árboles, no se les da seguimiento, no conocen que hay zonas con 2 mil o hasta 3 mil metros de altura, por lo que no cualquier especie sobrevive, además de la fauna de la zona que puede comerse lo que se planta, pero de eso no hablan, sólo de que reforestan y ya”, señala.
Su propuesta en ese sentido es trabajar en conjunto y dar empleo a la gente de la zona para que sean quienes den continuidad a la reforestación. Alude también que la alcaldía donde creció cuenta con grandes atractivos que, al igual que otras zonas parecidas del Estado de México, tienen potencial para convertirse en promoción turística.
Su conclusión es que:
“Amo la historia de Tlalpan, tiene cultura, gastronomía y en materia de turismo está desaprovechada. En algún momento ésta fue la capital del Estado de México, aquí también se alojó la Presidencia de la República, tenemos 11 pueblos originarios, 10 de ellos reconocidos en la Constitución de la Ciudad de México. Tenemos museos, mercados, el centro ecoturístico del Ajusco o sitios memorables como Casa de la Cultura Frissac, pero mucho de ello está olvidado , así que hay que poner acción en la ciudadanía, hacerla partícipe y proyectar, más que prometer”.