Las vacunas son, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos”.
Se trata pues, de armas que el cuerpo utiliza para defenderse de agentes externos que causan enfermedades, tales como bacterias o virus. Por ello las vacunas son una forma eficaz de proteger la salud.
Las vacunas han permitido reducir de forma significativa la incidencia de algunas enfermedades infecciosas. La viruela es un buen ejemplo de su eficacia, pues se considera como una enfermedad erradicada. Al tiempo de que enfermedades cómo sarampión o poliomielitis están en niveles muy bajos. (Fuente: OMS).
Todas las vacunas aprobadas deben ser sometidas a pruebas rigurosas a lo largo de las diferentes fases de ensayos clínicos, para posteriormente ser evaluadas de manera regular, antes de ser comercializadas. Adicionalmente los científicos de la comunidad internacional, divulgan constantemente información acerca de la posibilidad de que alguna nueva versión pueda tener efectos adversos. Las aprobadas contra el Covid-19 han pasado por los mismos protocolos pero a una velocidad nunca antes vista, por lo que cada etapa de prueba es susceptible de ser revisada en el corto tiempo. Los gobiernos de cada país han establecido medidas emergentes que responden a cada caso.
Ejemplo de ello, es la solicitud de Amnistía Internacional a México para fijar postura sobre liberación de patentes de vacunas Covid-19 en su territorio, pues “el Estado mexicano se ha mantenido neutral, y para nosotros eso es sentar postura, es decir, no hay un apoyo activo a esta propuesta porque dicen que hay argumentos en favor y en contra”. El comentario es de Dinorah Arceta, especialista en Incidencia y Análisis de AI.
India y Sudáfrica son los países que presentaron la iniciativa a la comunidad internacional de liberar patentes de las vacunas, incluido los medicamentos que han probado efectividad contra la enfermedad. Lo cual forma parte del colectivo “Vacuna del Pueblo”, que busca que la Organización Mundial de Comercio autorice la liberación de los registros correspondientes.
Los gobiernos de Costa Rica y Argentina, así como África, apoyan la iniciativa, mientras que las naciones “bloqueadoras” son Brasil, Estados Unidos y prácticamente todos los países de Europa. Dinorah Arceta señaló que las farmacéuticas cabildean (Lobbying) para frenar la iniciativa de India y Sudáfrica, “porque dicen que las patentes fueron el incentivo para que ellos llegarán de forma histórica a la fase tres de las vacunas”. Destacó que dicha apreciación es errónea, pues gobiernos como el de Estados Unidos, aportaron recursos a Pfizer y Moderna para la investigación, por lo que el registro debería ser para que exista mayor producción y no concentrarla en unas cuantas compañías.
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